MVP en el 2004, Mejor jugador defensivo (2008), 14 veces All Star, 9 veces en el mejor quinteto de la liga, 9 veces mejor quinteto defensivo, máximo anotador en la historia de Minnesota, medalla de oro con USA en los JJOO del 2000 y campeón de la NBA con los Boston Celtics (2008).
Este es el curriculum de uno de los mejores “cuatros” modernos que hemos tenido la suerte de ver jugar en la NBA, Kevin Garnett. Hoy lloramos su marcha de la mejor liga del mundo y nos paramos a contemplar a un gran jugador que cambió nuestra percepción de ala-pivot y le abría las puertas al 4 moderno.
Y es que lejos de los fríos números Garnett aterrizó en la NBA directo del instituto con 19 años y una etiqueta en la frente: “Mido 2.11 y hago de todo”. Algo que ahora, en tiempos del Small Ball y el Pick and Pop, lo consideramos normal, entonces no lo era.
Hablar de Kevin Garnett es hablar de los Minnesota Timberwolves, allí es donde dejó su imborrable huella, inolvidable como su MVP del 2004 en el que promedió 24 puntos, 13 rebotes y 5 asistencias. Su espinita, no haber llevado un anillo a casa. La rozó en la temporada 2003-2004 pero enfrente tenía a los Lakers de Kobe y Shaq que junto con la lesión de Cassell no le dejaron cumplir su sueño.
En 2007 fue traspasado a Boston donde formó un big three que sobre el papel daba mucho miedo pero que aún tenía todo por demostrar. Ray Allen y Paul Pierce completaban el trío de ases de tréboles que llevó a la franquicia de Massachusetts al título de campeón en el año 2008, completando su venganza contra Lakers.
Tanto Garnett como Pierce quisieron repetir gesta con los Brooklyn Nets, pero les salió el tiro por la culata y firmaron una temporada para olvidar.
Y como era de esperar, Kevin volvió a casa, a donde empezó todo, a la franquicia que le vio nacer como estrella. Minnesota recibía a Garnett con los brazos abiertos y un equipo joven y alocado que necesitaba de su veteranía y sus tablas para intentar convertir a ese grupo de cachorros en una auténtica manada de lobos.
Nadie nos esperábamos que este fuera su último año, atrás quedan sus logros, pero más allá queda su magnética personalidad y uno de los mejores jugadores de la historia moderna del baloncesto. Desde 24Segons te damos las gracias, hasta la próxima Kevin!!!